Cuando los clientes me encargaron que hiciera un mostrador para atender a los clientes con las vigas recuperadas de la casa, me acordé la La Yenga, ese juego en el que se hace una torre con maderitas y después se van sacando una a una hasta que la torre se cae y pierde el que ha quitado la última maderita.
A partir de ahí empecé a pensar en como trasladar esa idea “a lo grande” y sobre todo como poder darle estabilidad y fuerza, ya que tenía que aguantar la vida tan dura que llevan los mostradores ;).
Una vez montado parece sencillo pero, además de acondicionar las vigas, primero seleccionando las mas apropiadas, después limpiando mas de 100 años de suciedad, barniz, pinturas, etc… tocaba el turno de idear un sistema para conseguir esa estabilidad y seguridad. Esto me llevó unos cuantos días y pruebas hasta que conseguí la estabilidad y seguridad necesarias, una combinación de diferentes colas, tornillería y utilización de las vigas mas estables y rectas.
El acabado de las vigas reutilizadas es simplemente con aceite de linaza, una de las prioridades de este proyecto era el de ser lo más sostenible posible y mantener las maderas en su estado natural.
El sobre está realizado con madera de pino con certificado de sostenibilidad PEFC y acabado también con aceite de linaza y una última capa de cera dura especial para superficies con mucho uso.
El resultado 100% satisfacción personal y 100% satisfacción de los clientes.
Proyecto DMDR
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